viernes, 10 de julio de 2015

Lavar la imagen con un pie de texto



Si analizamos el significado de postre y, nos acogemos a su sentido literal, claramente queda definido como "lo servido en el último lugar". A mi sinceramente, me gustaría más que conceptualmente se redujera a sinónimo de fruta. En nuestro entorno, la construcción cultural del menú ha sido muy benévola con nuestra salud al reservar este privilegiado lugar, el postrero, para el consumo de fruta. La única objeción que pongo es  no haber incluido el desayuno como comida para que así fuera obvio para todos acabarlo también con una fruta. Hubiéramos sido sin lugar a duda el paradigma de las bondades en cuanto a patrón alimentario. Aún con esta salvedad tenemos aseguradas, de esta forma, dos raciones de fruta al día por lo que se nos antoja fácil superar los 400 g de vegetales recomendados por OMS/FAO. En otra entrada de este blog ya comentamos que la presencia de las frutas no sólo nos alegra la vista y paladar sino que además nos provee de optimismo, así una buena propuesta es la ecuación de 5 al día.

Escribiendo este post veo que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente lanza una nueva edición de la campaña institucional de promoción ‘FRUTA Y VERDURA de aquí y de ahora’, cuyo objetivo es fomentar el consumo de frutas y hortalizas entre la población y colaborar con el sector ayudando en la comercialización de estos productos.A parte del anuncio, un par de materiales han llamado mi atención por su posible utilidad: el Libro sabio de las frutas y verduras y el Póster calendario de frutas y verduras de temporada


Lástima que la sinergia entre Sanidad, Agricultura y Educación no esté del todo bien trenzada para coordinar esfuerzos y hacer que las campañas sean más duraderas en el tiempo, variadas y eficientes.




Zapeando por la televisión me ha llamado la atención un anuncio que hacía apología del producto anunciado, unas galletas de barquillo con crema sabor a nata en su interior y que reclamaba para si el título de "la galleta para el postre". Hasta aquí todo normal puesto que la industria alimentaria no es, necesariamente, el paladín de las bondades de una adecuada nutrición sino un negocio (su objetivo es tener beneficios económicos) en continua interacción con las necesidades, los gustos, la tradición, la economía, la comodidad y las expectativas del consumidor. Dicho de otra forma si los consumidores asocian el color amarillo al plátano, la industria no dudaran en ofrecerles un yogur de color amarillo mediante la adición del colorante que requiera para aumentar su consumo o si el valor reinante es la práctica de ejercicio seguro que cualquier bebida será exponente de la hidratación del deportista (hasta la cerveza) y es que en el negocio de la industria alimentaria la complacencia se sirve en la mesa. Pero lo que más me ha sorprendido de este spot es esa banda negra que contiene una leyenda llamando al consumo de frutas y verduras. ¿Es una provocación? ¿una contradicción? o ¿un reclamo? Comunicativamente a mi me produce una gran disonancia el mensaje de esa banda negra y el anuncio en si, una supongo medida estrategia de rehabilitación de la marca que, creo, buscan los publicistas del mismo. A mi esta incongruencia me parece muy forzada y como diría el saber popular "una imagen vale mas que mil palabras" así que el mensaje se pierde en esa oscura banda. Opina por ti mismo/a:



Pero ¿qué es esa llamada? Ya hace tiempo (un par de años) que vemos este tipo de reclamos. Obedecen a la Campaña de Hábitos de Vida Saludables (HAVISA), una estrategia promovida por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) y la Fundación Alimentum, una campaña de comunicación en medio televisivo para "dar a conocer y sensibilizar a la población española sobre la necesidad de una alimentación equilibrada, variada y moderada y la necesidad de complementarla con la práctica regular de actividad física". Cada mes difunden una serie de mensajes pautados:



Una veintena de las principales compañías están inmersas en esta iniciativa a través de la citada Fundación, a saber: Bimbo, Calvo, Campofrío, Coca-Cola, Corporación Alimentaria Peñasanta, Danone, Deoleo, El Pozo Alimentación, Ferrero, Gallina Blanca, Grefusa, Grupo Lactalis, Grupo Leche Pascual, Hero, Kellogg's, Mondelèz, Nestle, Nutrexpa, Orangina Schweppes, Panrico, Pepsico, Pescanova, Unilever, Wrigley y Bolton Cile España, es decir los grandes. Quizás ellos lo consideran una actividad para cumplir con aquello de la responsabilidad social de las empresas. Dadas algunas contradicciones diría yo que es una manera de  lavar su conciencia, que a veces como en este caso obligará pienso a hacer piruetas de marketing a los creativos implicados. 

Me resulta curioso que sean estas galletas las que reclaman su lugar en el postre robándoselo a sus legítimas propietarias en nuestra cultura las frutas. Basta ver su composición nutricional para ver que en mi concepto "postre=fruta" son muy diferentes:



En fin creo que cabe seguir proclamando las frutas como las reinas del postre, aunque puedan ser consumidas en cualquier otro momento alimentario u orden. Nuestra cultura la ha consagrado al menos este uso y no debemos permitir interferencias de ningún otro alimento, salvo para contadas excepciones. Que ficticia contradicción la de las frutas ser las primeras candidatas del último plato.

jueves, 2 de julio de 2015

Necesito un traductor de carteles de peligros tóxicos


Una foto ha tenido la culpa de este post. Un inquietante aviso en un municipio de Castellón ha sido el responsable. Nunca un simple cartel puede alarmar más. Una frase contundente: "Peligro tóxico" y una imagen elocuente la "calavera pirata" contenida en un triángulo me han dado que pensar. Por supuesto que está fenomenal que ante un potencial peligro se avise a las personas de su existencia pero imaginemos encontrar este cartel en la vía urbana de una población. ¿Qué está pasando allí? ¿De qué peligro me hablan? 

Es cierto que algunas pistas nos dan: "tratamiento con herbicidas: Roundup Ultra Plus". Se agradece que nos avisen de la posibilidad de contacto con una sustancia peligrosa contenida en este herbicida formado a base de glifosato. La verdad es que estas sustancias no actúan de forma selectiva, esto es, no distinguen las buenas de las malas hierbas, concepto que al fin y al cabo hemos creado según nuestros intereses. De forma resumida, el glisofato mata las plantas (sin distinción) porque suprime su capacidad de generar aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina y triptófano). El producto en cuestión ha sido objeto de mucho debate. Por una parte, porque sus elaboradores se vieron envueltos y fueron acusados de publicidad engañosa (Libération, 26-01-2007) al presentar su producto como biodegradable y alegar que desaparecía del suelo después de su uso; por otra, porque han desarrollado una linea de vegetales modificados genéticamente para hacerlos resistentes a su propio producto glifosato. Detractores (Greenpeace)relativizadores (JM Mulet) no faltan pero hoy no es esto lo que quiero poner sobre la mesa.


Me desconcierta dicho aviso porque es capaz de decirnos durante cuanto tiempo hemos de tener cuidado (estar precavidos o asustados) pero es incapaz de precisar el día de aplicación para su cálculo. Me preocupa porque tampoco ilustra a los NO conocedores, cómo evitar este riesgo: ¿Debo pasar por esa calle? ¿Debo limitar mi permanencia en la zona? ¿Mi animal de compañía se verá afectado más o menos? ¿Contengo la respiración si paso por allí? ¿No debo tocar nada? En fin, que por ciencia infusa deberíamos conocer que el glifosato se puede absorber por inhalación, ingestión e incluso por piel (aunque menos de un 2%). 

La intoxicación aguda en seres humanos incluye irritación dérmica y ocular, nauseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, perdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos y fallo renal. A pesar de ello y de no tener antídoto concreto, el manejo de un cuadro así se realiza mediante descontaminación y cuidados sintomáticos, con ello a las 4-6 horas se suele mejorar.

Pero además, el pasado 20 de marzo la International Agency of Research on Cancer (IARC) hizo pública la clasificación del glifosato, en el Grupo 2A de riesgos (probablemente cancerígenos para humanos) lo que significa que se han encontrado pruebas limitadas de carcinogenicidad (linfoma no Hodking, leucemia, pulmón) en humanos y pruebas suficientes de carcinogenicidad en animales de experimentación. En este mismo grupo están entre otros la acrilamida (ver post en este blog) o el mate caliente.

Expuestos este cúmulo de evidencias, riesgos y los beneficios derivados del uso de los herbicidas no entiendo como no aplicamos el "principio de precaución" y no se suspende ya su uso en las vías urbanas, jardines, parques y zonas de juego infantiles dónde el contacto, aspiración o ingestión pueden darse. Mientras que la aprobación de la UE para el glifosato espira a finales de 2015 (en España algunos están autorizados hasta  2017) se debe proponer, como mínimo, la racionalización del uso de sustancias posiblemente peligrosas. Los intereses comerciales pueden ser muy fuertes pero en estos riesgos evitables debe prevalecer el valor salud. Pueden ser los municipios los que lideren de forma pro-activa una iniciativa de declaración de ciudades libres de glifosatos. En conclusión parece más lógico racionalizar o prohibir su uso que avisarnos deforma tan críptica la existencia de tan peligrosa sustancia.


05.03.2016 Ver también este post en el blog Salud comunitaria de Rafael Cofiño.