jueves, 23 de octubre de 2014

El pescado: cara y cruz.

España es un país consumidor de pescado. Ocupa aproximadamente el quinto lugar en el ranking de los países desarrollados a la zaga de Islandia, Portugal, Japón y Noruega. La Encuesta Nacional de Ingesta Dietética para la población española (ENIDE) estimó que por termino medio tomamos 3,8 raciones a la semana o visto de otra forma unos 75 g de pescado por persona y día.

El debate sobre el pescado y su calidad está servido como puede verse en este documental: http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-pescado-no-tan-sano/2806263/

Pero como resume el dicho “el pez grande se come al chico”. La contaminación que padecen las aguas de nuestro planeta hace que, por ejemplo el mercurio (metil-mercurio) se puede presentar en altas concentraciones en algunas especies de peces. El hombre se comporta, a su vez, como "el pez más grande" de la cadena y se come los pescados "chicos" y también los grandes depredadores (atún, pez espada, cazón, tiburón, ...), y de esta forma corre el riesgo de incorporar a su organismo importantes cantidades de mercurio.
A propósito ¿sabías el por qué "Hg" es el símbolo del mercurio? Durante mucho tiempo fue llamado también hidrargirio (hoy en desuso), término procedente del latín hydrargyrum / hydrargyrus, y este a su vez del griego hydrargyros (hydros = agua y argyros = plata).

Ante las bondades de su consumo y sus potenciales problemas, resulta interesante saber qué opinan los expertos sobre este tema. Ya en 2012 y a petición de la Comisión Europea, el Panel Científico de EFSA sobre Contaminantes de la Cadena Alimentaria (Panel CONTAM) emitió su opinión sobre mercurio y metilmercurio en alimentos. En la opinión de 2012, la EFSA actualizó la ingesta semanal tolerable (IST o TWI en inglés) de metilmercurio, estableciéndola en 1,3 µg/kg de peso corporal y mantuvo la de mercurio inorgánico en 4 µg/kg. Estos valores suponen una ingesta de 9,1 y 28 µg por persona (de 60 kg de peso) cada semana de metilmercurio y mercurio inorgánico, respectivamente.

El pasado 14 de julio de 2014 fue publicado por el Panel de Expertos de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias (NDA) de la Agencia europea EFSA una opinión científica sobre los beneficios para la salud del consumo de pescados y mariscos en relación con los riesgos de salud asociados con la exposición al metilmercurio. En la que se destaca que los pescados y los mariscos son una fuente de energía y proteínas de alto valor biológico, y contribuyen a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D, que tienen beneficios para la salud bien establecidos. Incluidos los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, el cual es un componente de los patrones dietéticos asociados con la buena salud. 

EFSA ha establecido que el consumo de alrededor de 1-2 porciones de pescado/marisco por semana y hasta 3-4 porciones por semana durante el embarazo se ha asociado con mejores resultados funcionales del neurodesarrollo en los niños en comparación con la ausencia de consumo. Estas cantidades también se han asociado con un menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca coronaria (CHD) en adultos y son compatibles con las ingestas y las recomendaciones actuales en la mayoría de los países europeos considerados. 

Para hacer estas recomendaciones, EFSA ha tenido en cuenta tanto los efectos beneficiosos como los adversos de los nutrientes y no nutrientes del pescado y el marisco, es decir, ha tenido en cuenta también la presencia de contaminantes como el metilmercurio. 

Y también es importante la matización de un nivel de consumo límite por encima del cual no se esperan beneficios adicionales sobre los resultados del desarrollo neurológico ni ningún beneficio sobre el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria. 

De esta manera, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria aclara que, a pesar de los niveles de exposición a mercurio, el consumo de pescado aporta beneficios y es recomendable. 

Aún así en España existe un potente grupo de investigación cuyas aportaciones deben ser tenidas siempre en consideración por la calidad de sus estudios y os aconsejo visitar su página web. Me refiero al grupo del Proyecto INMA (INfancia y Medio Ambiente). INMA es un proyecto que tiene como objetivo de estudiar el papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida, para ver sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.

Y ¿que hacer mientras tanto? Aplicar medidas prudentes, así cabe seguir manteniendo las recomendaciones realizadas para los grupos vulnerables (embarazadas y niños) en lo que a consumo de pescado depredadores se refiere, de la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (AECOSAN):

"Se recomienda a las mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo, mujeres en periodo de lactancia y a niños de corta edad (entre 1 y 30 meses) consumir una amplia variedad de pescados, por sus grandes beneficios nutritivos, evitando consumir las especies más contaminadas con mercurio cuyo consumo debe limitarse en determinadas etapas.

Las recomendaciones para el consumo de Pez espada, Tiburón, Atún rojo (Thunnus thynnus: especie grande, normalmente consumida en fresco o congelada y fileteada) y Lucio son las siguientes: 
  • Mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo o en período de lactancia. Evitar su consumo 
  • Niños < 3 años. Evitar su consumo 
  • Niños 3-12 años. Limitar a 50 gr/semana o 100gr/ 2 semanas (No consumir ningún otro de los pescados de esta categoría en la misma semana)." 
Para acabar os dejo con un dinámico grupo de animación, Xiula, que a través de este educativo rap ("verdures i peix") anima al consumo de estos alimentos. Interesante videoclip.



lunes, 13 de octubre de 2014

Alimentar el mundo, cuidar el planeta


Esta semana se celebra el Día Mundial de la Alimentación. La fecha elegida - 16 de octubre - es el aniversario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 1945. En esa fecha 42 países tomaron la iniciativa en Quebec (Canadá) y dieron un paso importante en la lucha perpetua del hombre contra el hambre y la malnutrición. Entre los objetivos de esta conmemoración cabe destacar el aumento de la conciencia pública de la naturaleza del problema del hambre en el mundo y el fomento del sentido de solidaridad nacional e internacional en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza.


Según las últimas estimaciones de la FAO se calcula que unos 805 millones de personas están crónicamente subalimentadas en 2012-14, lo que supone aproximadamente una disminución de más de 100 millones por década desde 1990-92. En el mismo período, la prevalencia de la subalimentación ha descendido del 18,7 % al 11,3 % a nivel mundial y del 23,4 % al 13,5 % en los países en desarrollo.

Pero pese a los progresos globales, persisten marcadas diferencias entre las regiones. La región de América Latina y el Caribe ha registrado el mayor progreso general hacia una mejoría de la seguridad alimentaria, mientras que los avances han sido modestos en el África subsahariana y en Asia occidental, afectadas por desastres naturales y conflictos.

En estas fechas no puedo dejar de pensar que justo en el continente más castigado por el hambre es dónde el ébola está golpeando a tres países con dureza. Cabe recordar que la malnutrición es una de las causas más frecuentes de inmunodeficiencia secundaria y afecta a individuos de todas las edades.

Para este año, el tema elegido para el día mundial de la alimentación, Agricultura familiar: "Alimentar al mundo, cuidar el planeta", pretende subrayar el potencial de la agricultura familiar tiene en la erradicación del hambre y la preservación de los recursos naturales. La importancia de la agricultura familiar es indiscutible dado que queda ligada a la seguridad alimentaria, preserva los alimentos tradicionales (salvaguardando la biodiversidad y haciendo sostenible la utilización de los recursos) y significa una oportunidad para dinamizar la economía local. Si quieres ahondar un poco más puedes ver la siguiente presentación.


Un material accesible para cualquier lector e interesante es la publicación de "Una huerta para todos". Manual de auto-aprendizaje para la producción de hortalizas en huertos familiares (agricultura familiar) en zonas rurales, urbanas y periurbanas, para el consumo familiar. Contiene información básica para la implementación de huertas, semilleros y viveros, el cultivo de hortalizas, la producción de forraje y la cría de gallinas y conejos.




A propósito de la crisis y sus consecuencias alimentarias ya hemos hablado en diferentes ocasiones en este blog (Crisis, what crisis?, ¿Hambre para mañana? o De desperdicios y hambre) y la celebración de este día de la alimentación me trae a la cabeza tres libros sobre el hambre que merecen ser leídos.




El primero de ellos El hambre en España. Una historia de la alimentación (Ed. Oyeron/Anaya, Madrid, 2003, Ganador del Gourmand World Cookbook Award 2003, en la categoría de mejor libro de literatura gastronómica en español) de Miguel Angel Almodóvar, es un recorrido sobre la historia del hambre en España. Este libro, sencillo de leer,  es una reflexión en torno al hambre y la glotonería en la Península Ibérica desde la antigüedad hasta nuestros días.







El segundo La calamidad del hambre ¿Qué pasa con el derecho más básico? (Palestra editores SAC, 2012) recoge cuatro ensayos sobre el hambre en tanto en cuanto desgracia, desastre o miseria que resulta de acciones humanas intencionales, "calamidad" según Ernesto Garzón, a quien acompañan como autores Macario Alemany (@MacarioAlemany), Josep Bernabeu, Eva Mª Trescastro y Cristina Fernández-Pacheco. Desde diferentes puntos de vista  nos recuerdan que el origen del hambre reside tanto en acciones como omisiones de  los seres humanos que pueden dar lugar a responsabilidades no sólo morales sino también jurídicas.



Por último, hace apenas dos semanas estuve en la presentación del libro La medicalización del hambre (Economía política de la alimentación en Europa 1918-1950) (Icaria editorial, Barcelona 2014) de Josep Lluis Barona, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universitat de València. La crisis provocada por la Gran Guerra, los conflictos internacionales, la reorganización del mapa colonial, el desplome bursátil de 1929 y la gran recesión de los años treinta convirtieron la alimentación en cuestión de Estado y en un factor de estabilidad política internacional. La transición demográfica produjo un descenso de la fertilidad, la transición epidemiológica puso punto final a la mortalidad prematura evitable y la transición nutricional aumentó la talla de la población al tiempo que posicionó a la dieta como factor de cambio social. La investigación científica fue de la mano de las políticas agrícolas y de la salud pública, impulsó la industrialización y una nueva cultura dietética. El hambre, tradicional regulador de la población, junto con la guerra, la crisis económica, la catástrofe natural, la pobreza y la epidemia, generó un nuevo contexto de acción política y económica a escala internacional para vencerla.