martes, 26 de agosto de 2014

La salud a “empujoncitos”


Una mosca en un urinario fue la responsable de que los lavabos de los hombres estuvieran más limpios en el aeropuerto de Schiphol (Amsterdam).  En la década de 1990, las autoridades de este aeropuerto buscaban la manera de reducir el gasto en la limpieza de los baños de hombres y aunque impulsada por Aad Kieboom, un economista directivo del mismo, parece que fue Jos van Bedaf, gerente del departamento de limpieza, quién inspiró tal originalidad, grabar la imagen de una mosca común en cada mingitorio. Los varones, en su imperiosa necesidad, dirigían  su “chorrillo” hacia el insecto y esto provocó, sin mayor esfuerzo, una reducción de las salpicaduras fuera del sanitario. De esta forma moscas,  dianas, porterías y otros ingeniosos “ganchos” se han convertido en el paradigma de una estrategia que pretende ayudar a tomar decisiones concretas en un momento dado. Son el fundamento de los llamados “empujoncitos, llamadas de atención o alerta” utilizados para consumar ciertas acciones. Eso si siempre respetando en última instancia la libertad de decisión.

Todo esto lo comento porque el nudge, que así se le reconoce en ingles y que deriva de la economía del comportamiento, puede ser interesante para “empujar” a la población en la dirección de poner en práctica estilos de vida deseables. Su explicación más ampliada puede leerse en la traducción del libro de dos profesores universitarios de economía y derecho (Thaler y Sunstein) que podemos encontrar bajo el título de Un pequeño empujón (Nudge). El impulso que necesitas para tomar mejores decisiones sobre salud, dinero y felicidad”. Una completa teoría sobre la importancia de los pequeños detalles a la hora de conseguir que el comportamiento humano sea de una u otra forma.

Si tu impaciencia como peatón supera que no puedas esperar a que el  semáforo se ponga en verde podemos probar con esta idea que supone un buen ejemplo de empujoncito para esperar ¿no?




Siempre me ha motivado la búsqueda de nuevas sugerencias que puedan ayudar a las personas a optar por prácticas saludables en sus vidas.  En otra entrada de este blog:  La salud puede ser divertida vimos la aplicación de la Teoría de la diversión a distintas actividades diarias. Resulta evidente que informar y aconsejar no es suficiente para producir cambios aunque si es necesario. Exploramos estrategias y planteamientos que consideran tanto los factores individuales como sociales y los contextuales, pero a pesar de ello podemos equivocarnos en el momento de la elección. Por eso y a pesar de la incertidumbre de poder obtener resultados muy relevantes y persistentes, me parece estimulante utilizar estos “empujoncitos” como aliados por la salud en combinación con otras estrategias. La regla de oro es ofrecer llamadas o toques de alerta que ayuden y que no resulten en ningún caso perjudiciales. El empujón debe modular el comportamiento de las personas de forma previsible sin prohibir ninguna opción, respetando la libertad del individuo y por definición deben ser de fácil implementación y baratos.


¿Qué puede ocurrir si se ofrece de rutina ensalada como guarnición, fruta directamente como postre, se disminuye el tamaño de los refrescos azucarados o se retira el salero de la mesa de los restaurantes? Si quiero estimular una dieta para recuperar el peso ¿Qué puede ocurrir si pongo una foto de mi imagen no deseada junto a los alimentos menos convenientes o viceversa?  ¿Qué sucedería si mejorara la accesibilidad a las ciudades en bici, se ofrecieran aparca bicis vigilados o viéramos incentivada la movilidad laboral en bici al lugar de trabajo?

Algunas notas para tanta pregunta:
1. La existencia de una cola rápida, en un comedor escolar,  exclusiva para pagar alimentos saludables hizo que la venta de estos aumentara en un 18% (Hanks AS, 2012
3. Medidas de incentivación económica en Bélgica han conseguido que el 8% de los trayectos laborales en Bélgica se hagan en bicicleta. Ahora Francia también lo intenta.

Estas “alertas”  parecen útiles ante decisiones muy complejas; cuando deben tomarse de forma poco frecuente; cuando los efectos de la misma son muy diferidos o no tienen una retroalimentación inmediata. 

En fin los “empujoncitos” son una posibilidad muy a tener en cuenta para contagiar salud.

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