domingo, 19 de enero de 2014

De santos, panes y hogueras



Vaya por delante que escribo esta entrada en el día que según el santoral se honra a San Antón, conocido por mí como Sant Antoni del "porquet" (cerdito). Es día de hogueras y culto al fuego. Yo siempre las he asociado, erróneamente, por aquello de las Fallas en San José y de las Hogueras en San Juan, a la absorción religiosa de las ceremonias paganas de cambio de solsticio, pero claro esta que no podía ser así. No salen las cuentas porque un mes de retraso es una desviación demasiado grande. Y es que resulta curioso que al unir los vocablos fuego y San Antón nos sirve tanto para rememorar las hogueras que arden esta noche y cuyos máximos exponentes son las quemadas en Forcall (comarca d'Els Ports) y la de Canals (La Costera) en el País Valenciano, como para hablar de una enfermedad.

Como "fuego de San Antón" se ha conocido también a una enfermedad de tintes "epidémicos". Realmente la patología responde al nombre de ergotismo y se presentaba de diferentes formas. En el caso que nos ocupa, el proceso comprometía de preferencia brazos y piernas. Comenzaba con un escalofrío en los miembros, seguido de sensación de quemazón. Las extremidades iban consumiéndose por un fuego interno y se tornaban negras, arrugadas (necrosis) y terminaban por desprenderse "como si se hubiesen cortado con una hacha". Las personas solían sobrevivir, pero quedaban mutiladas y deformadas.

En realidad, estas "epidemias" eran intoxicaciones masivas que se producían por la ingestión de los alcaloides contenidos en un hongo (cornezuelo del centeno), parásito de un gran número de cereales, especialmente en el centeno. Y es que el pan de centeno ha sido de consumo habitual en ciertas épocas. Las sustancias responsables eran  la ergotamina (potente vasoconstrictor), la ergometrina (provoca el parto y evita hemorragias posteriores) o la ergocriptina (inhibidor de la prolactina y de la secreción láctea) y el ácido lisérgico o LSD (alucinógeno). Curioso ¿Eh?

Este tipo de ergotismo que cursaba con convulsiones, espasmos, cambios de conducta y alucinaciones es otra forma de presentación que algunas teorías actuales han relacionado con casos de brujeria como los conocidos en el siglo XVII por el juicio de las brujas de Salem.

Pues sin dejar la historia de lado, fue en 1093 cuando Gaston de la Valloire fundó la orden de los Hermanos Hospitalarios construyendo un hospital para los enfermos de ergotismo cerca de la abadía  dónde se encontraban las reliquias de San Antonio. Por lo que se bautizó esta enfermedad como fuego de San Antón. El hospital "lucía" en la entrada los miembros amputados de los enfermos como si fueran exvotos lo que le valió el nombre de hospital de los desmembrados. Las medidas terapéuticas practicadas en estos lugares eran una  alimentación que incluía pan candeal y cuidadosos vendajes para las mutilaciones.

Se han seguido documentando epidemias hasta 1978-79 donde un brote afectó a 140 personas de ergotismo gangrenoso en Etiopía. Actualmente se han descrito casos esporádicos sobre todo debidos a ingestiones excedidas de ergotamina fármaco utilizado como antimigrañoso. 

Curiosa epidemia alimentaria plagada de curiosidades para contar en al calor de una hoguera de San Antonio.


La sanantonada del Forcall