lunes, 16 de septiembre de 2013

Menos sonrisas que hace cinco años



En una anterior entrada: Contagiando "buen rollo", planteaba la búsqueda de la felicidad como una de las tareas irrenunciables del ser humano,  y cómo algunos estudios habían evaluado la posibilidad de su transmisión, en entornos cercanos. Nos planteamos multitud de veces a lo largo de la vida si disfrutamos de felicidad. Algunos países incluso han incluido esta premisa en su constitución (Butan y Japón por ejemplo) pero ¿podemos cuantificar la felicidad de los países?





Hace poco se ha publicado el Informe Mundial de la Felicidad 2013 ("World Happiness Report 2013") dirigido por John Helliwell, de la Universidad de British Columbia, bajo el patrocinio de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. El informe mide el bienestar y la felicidad de 156 naciones de todo el planeta, en una amplia muestra entrevistada por Gallup en el periodo de 2010-12. En términos generales, la felicidad media del planeta "ha sacado" un modesto 5,1 sobre 10. (¡El señor Wert no lo consideraría ni para una beca!)

Seis variables son las que principalmente explican las tres cuartas partes de la variación en las puntuaciones medias anuales de las naciones consideradas y entre los distintos países: el producto interior bruto per cápita, la esperanza de vida saludable, el respaldo social, la libertad personal para tomar decisiones vitales, la ausencia de corrupción y la generosidad. Como señala el informe, la felicidad es importante no sólo por sí misma, sino porque garantiza una mayor esperanza de vida, nos permite ser más productivos, tener sueldos más altos y ser mejores ciudadanos. 

Y ¿quienes han sido los mejor situados?
Y ¿dónde se encuentra España? 
Y ¿quienes están peor situados? 

Si bien esto nos da una idea aproximada de por dónde estamos creo que uno de los datos más patentes del Informe es quienes son los 10 países que han experimentado una mayor variación en los niveles de felicidad entre el segundo (2010-12) y primer informe (2005-07). 




El documento de Naciones Unidas analiza la oscilación de los niveles de felicidad en el tiempo y advierte de que 41 países son más tristes ahora que hace cinco años. España junto Grecia e Italia y algunas regiones de África y Oriente Medio ocupa los primero puestos en mermas en felicidad.
Estos países no están "más tristes" por casualidad, sino que se han visto afectados de pleno por la crisis y en ellos se ha perdido libertad para tomar decisiones en sus vidas, se han aumentado los niveles de corrupción política y los negocios, y la tasa de apoyo social y generosidad ha descendido. En términos generales, parece que el mundo es más feliz por el auge de algunos países (60 en total) del caribe, asiáticos y latinoamericanos  mientras que a España se le está borrando la sonrisa.
Así que desde este punto de vista es cuando cabría afirmar que ¡Necesitamos un rescate en felicidad! Y la pregunta que me viene a la cabeza es ¿Seremos intervenidos para mejorar nuestra felicidad?


lunes, 9 de septiembre de 2013

Para aprender empieza por dar un paso


Monos en la escuela. David Teniers el Joven (1610-1690)


Ha comenzado el cole para todos. El hecho de que los niños y jóvenes inicien sus actividades es como el pistoletazo de salida de cualquier carrera: la vida de la población se normaliza pasando de 0 a 100 en un periquete.  ¡Sería un desaire no relacionar una entrada de este blog a tan significativo hito! 

Decía el titular que para aprender hay que dar un paso y este es precisamente el tema que quiero recordar. Un estudio publicado en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine,  realizado con 1700 adolescentes de 13 a 18  años, en el marco del estudio nacional AVENA (Alimentación y Valoración del Estado Nutricional de Adolescente) viene a concluir que las escolares (chicas)  que van andando al instituto tienen un mejor rendimiento que los que se desplazan en autobus o en coche. Es más, aquellas que emplean más de 15 minutos en ir andando también presentan mayor rendimiento cognitivo que las que viven más cerca.  Este hallazgo no fue observado entre los chicos, comportándose de forma similar a otras investigaciones. Para explicar estas diferencias por sexo, se aduce  que los chicos practican más deporte durante la adolescencia que las chicas y por tanto el hecho de ir a pie al colegio no supondría un extra físico para ellos. Así que su cerebro no se beneficiaría de este momento de ejercicio tanto como ocurre con el de las chicas. Parece ser que en la adolescencia la plasticidad del cerebro es mayor que en otras etapas de la vida por lo que es muy interesante poder estimular la capacidad cognitiva.

Así que vale la pena andar hasta la escuela o instituto y aunque se viva cerca de ella saldría a cuenta hacer el camino más largo y si hace falta ir a buscar a algún compañero/a (cualquier excusa es buena). Los papás y mamás harían un gran favor a sus hijos si los dejaran a unas manzanas del centro y además evitarían atascos innecesarios. ¡Y es que andar es bueno para mayores y pequeños!



Como digo caminar o ir en bici al colegio o instituto tiene importantes ventajas.Sin embargo, para hacerlo posible resultará de gran utilidad recordar estos detalles para poder caminar fomentar ese paseo de 15 minutos:

1. Levantarse con tiempo suficiente para realizar un adecuado desayuno y poder salir paseando.


2. Utilizar calzado cómodo de paseo con calcetines adecuados y bien ajustados sin arrugas.



3. Cargar sólo con el material escolar necesario para la jornada de ese dia concreto.




4. Utilizar un carro para desplazar el material o una mochila bien ajustada a la espalda.



miércoles, 4 de septiembre de 2013

Imaginando en imágenes


He de reconocer que siento una especial predisposición a todo aquello que signifique mejorar la comunicación y comprensión de las cosas. Explicar, hacer comprender o poner en la mente de otros ideas claras es muy útil. Y me creo aquello de que una imagen vale más que mil palabras.

De forma general se ha establecido que un adulto tipo necesita entre 2000 y 2500 kilocalorías al día para mantener su peso. Realmente esta es la cantidad de energía que debe entrar en nuestro cuerpo como alimento o bebida a fin de poder realizar todas las funciones habituales. Y atiende al primer principio de la termodinámica que afirma que la energía no puede crearse ni destruirse aunque sí transformarse de una forma a otra. Si esta cifra es el referente general diario a consumir podemos establecer para ilustrar las necesidades energéticas en paquetes de 10% de esa cantidad: 200 kilocalorías.  

A los mortales de a pie la "entelequia" de las, por ellos llamadas calorías son números que suman y que "se traducen" en grasa. Y de esta forma los alimentos los clasifican de forma simplista en dos grupos "los que engordan" y "los que no engordan", incluso mágicamente otorgan a algunos alimentos o prácticas otra propiedad "los que adelgazan". Fuera de otros conceptos como es la densidad de nutrientes de un alimento o el de "calorías vacías" hoy "quiero imaginar calorías". En ello estaba cuando he encontrado una interesante propuesta de wiseGEEK que nos acerca a "ver" lo que ocupan 200 kilocalorías de distintos alimentos. Presentan una galería con numerosos alimentos empaquetados en este guarismo que nos permite cotejar como una misma cantidad energética puede viajar en diferentes volúmenes. (Atención a esto pues puede resultar útil al preparar dietas teniendo en cuenta el concepto de plato)



588 g de brócoli
150 g de huevos
51 g de "golosina de ositos"


Pero también quiero visualizar el otro lado de la moneda y comunicar el esfuerzo que cuesta disipar la energía (ya he comentado que "ni se crea ni se destruye"). Explicar el gasto por periodos de media hora me parece bastante claro para hacerlo entender. Resumiendo la idea os presento esta tabla resumen sobre la energía utilizada por una persona de alrededor 60 kilos, en la práctica durante 30 minutos de distintas actividades:

Como es un tema complejo, si alguien quiere ser más certero puede atreverse con las siguientes tablas que resumen el gasto por minuto según peso corporal. Así que si quieres establecer como se gastan esas 200 kilocalorías ahora puedes decidirte por muchas opciones. Por ejemplo, para una persona de 80 kilogramos, pasear 50 minutos.


Y repasando maneras de presentar ideas de forma comprensible me gustaría compartir otra propuesta muy ilustrativa, comunicar las ganancias o pérdidas de salud basándonos en la velocidad de envejecimiento y los "microlives". Lo vemos con una pregunta:

¿Sabías que los primeros 20 minutos de actividad física moderada pueden hacerte ganar 1 hora de vida? y ¿que los siguientes 40 minutos, media hora más? Esta es una interesante propuesta publicada en el BMJ por David Spiegelhalter y que explica de forma clara en este video.  Si quieres, puedes probar a hacer tu propia valoración en  esta herramienta


Y es que la imagen y la comunicación debe estar al servicio de hacer sencillas las cosas ¿No creéis?