viernes, 24 de agosto de 2012

El peso de las bebidas refrescantes


En nuestro país muy poca población presenta un peso adecuado. Dos de cada tres adultos (62%) según el estudio ENRICA  y uno de cada dos escolares entre 6 y 10 años (45%) segun el estudio ALADINO, estamos en un peso mayor del que teoricamente nos correspondería . Y, dado que estamos en verano y la sed aprieta, y que la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y aumento de peso es motivo de frecuente polémica, vale recordar que existe suficiente evidencia científica para afirmar que el consumo frecuente de bebidas azucaradas está asociado con índices de masa corporal mayores y que limitar el consumo de las mismas puede conducir a una menor ganacia de peso con el tiempo. Entre los motivos de estas discrepancias habidas hemos de considerar la dificultad que conlleva realizar estudios sobre aspectos tan puntuales de la alimentación y no olvidar las chocantes diferencias observadas en los resultados según el estudio sea independiente o haya recibido ayuda de la industria, un importante sesgo a tener en consideración.

En inicio, el razonamiento puede ser muy simple y nos afecta en general a todos ya que las bebidas refrescantes tienen cada vez mayor presencia entre nosotros, en el año 2011 el volumen (litros) de refrescos comprados aumentó en España un 1,9% sobre el año 2010.  Parece lógico pensar que tomar refrescos azucarados es una carga extra de energía para nuestro sistema que, "si no se quema", acaba conviertiendose grasa, la forma más eficiente del organismo para almacenar energía. Cabe recordar que una lata (330 ml) de un refresco (cola, tónica, o de sabor a frutas) viene a contener 35 g de azúcar o lo que es lo mismo, para quien no se maneje bien con los pesos, unos cuatro sobres de azucar de cafetería. Además, cuando los azúcares se ingieren bebidos no se suele compensar este exceso con una restricción de la comida que acompaña. Si por termino medio cada refresco provee alrededor de 135 kcal, en el entorno de una dieta equilibrada el hecho de tomar una lata cada día puede transformarse en la ganacia anual de aproximadamente 5 kilogramos de peso corporal.

Pero el tema del peso no es el único que debemos ser considerado. Por ejemplo, el Nurses' Health Study observa tras seguir durante 8 años a 90.000 mujeres que aquellas que bebían una o más bebidas referescantes al día presentaban casi el doble (1,85) de riesgo relativo para presentar diabetes tipo 2 que aquellas que ingerian estas bebidas menos de una vez al mes y también, que presentaban un 40% más de riesgo de coronariopatía o muerte por enfermedad cardiovascular.

Pero, para esto están las bebidas "light" ¿no?

Parece ser que a corto plazo el consumo de las bebidas ligth sustituyendo a las azucaradas pueden ayudar a la pérdida de peso, pero cuando el planteamiento es un consumo por largos periiodos de tiempo, las cosas no están tan claras. Segun algunas teorías la disociación acaecida con los edulcorantes, entre dulzor y energía, puede engañar al cerebro en el sentido de que su ingestión no inhiba la saciedad ni la apetencia por el azúcar.

Sin embargo, a pesar de no poder dar una respuesta concisa del tipo "los refrescos light no engordan a largo plazo" lo que si podemos afirmar es que no son tan saludables. Un estudio publicado en 2012 , que ha medido los efectos de estas bebidas en 2.564 personas tras diez años ha observado que las personas que consumieron diariamente refrescos dietéticos, con edulcorantes artificiales, presentaron un 43% más de probabilidad de sufrir algún tipo de enfermedad vascular.

Por último, parece existir una relación inversa entre consumo de lácteos y refrescos que hace más frecuente la no disponibilidad de calcio, además que aquellos que son tipo cola (con gran contenido de fosfatos) parecen tener un efecto descalcificante sobre el hueso.

Unas orientaciones

La Organización de Consumidores y Usuarios en su número de Julio de Compra Maestra presenta este sugerente diagrama orientativo sobre las bebidas veraniegas y su contenido energético. De menos a más, desde el agua mineral y los zumos, pasando por los granizados, la horchata y los refrescos, hasta llegar a bebidas con contenido alcohólico como el tinto de verano, la clara, la cerveza o el mojito.
Otra comparación (How sweet is it?) anglosajona (Harvard Shool of Public Health) puede resultar también de interés para saber el contenido de azúcares y calorías de las bebidas.

Por último, no puedo dejar de recordar como debe ser una adecuada hidratación y la Declaración de Zaragoza de 2008  lo dejó claro:

  • 1. Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
  • 2. Elegir el agua preferentemente al resto de bebidas, y a ser posible agua con un adecuado contenido en sales minerales.
  • 3. Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
  • 4. No esperar a tener sensación de sed para beber. Disponer de agua u otro líquido a mano.
  • 5. Mantener las bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos. Niños y ancianos son colectivos que presentan mayor riesgo de deshidratación.
  • 7. Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida.
  • 8. Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.
  • 9. Si está vigilando la ingesta calórica o el peso consuma siempre agua y bebidas bajas en calorías.
  • 10. Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación. (1 ración = 200 a 250 ml).
 Y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) lo supo concretar en su propuesta de Pirámide de la Hidratación Saludable.


En la base de la pirámide se sitúan las bebidas de referencia: aguas minerales o de grifo que deben constituir al menos la mitad de la cantidad que se debe beber diariamente. Mientras que en el vértice de la pirámide  se ubican las bebidas cuya presencia debería ser semanal: bebidas refrescantes carbonatadas o no, endulzadas con azúcar o fructosa. Como hemos visto son una opción ocasional y menos saludable que el agua ya que a su aporte energético no se suma ningún aporte nutricional de interés.


lunes, 20 de agosto de 2012

El tabaco se cambia de traje

 La industria del tabaco, a lo largo de su existencia, ha empleado multitud de estrategias para influenciar tanto sobre los consumidores como sobre las políticas de control del tabaco. Ha utilizado su enorme poder económico, ha creado potentes maquinarias de marketing y fuertes lobbys, ha manipulado medios de comunicación y ha influenciado en gobiernos para incrementar las ventas del tabaco. Con ello ha llegado a conseguir que el debate salud o dinero continue vigente o que los fumadores hayan vivido como una agresión a su libertad la prohibición del consumo en lugares cerrados.
Basta recordar aquellos primeros anuncios que se apoyaban en opiniones médicas para reafirmar las "bondades" del tabaco.


También el tirón mediático de las estrellas de Hollywood ha sido utilizado para difundir el consumo.

Las cajetillas del tabaco han supuesto también un plus que ha hecho más atractivo la compra y consumo de los cigarrillos: "Lo prefiere en paquete duro o blando"; "Yo colecciono paquetes de cigarrillos".

El cambio ha sido grande. Hemos pasado, en nuestro país, por diferentes momentos desde la no existencia de avisos al paso por los mensajes de texto. El Gobierno de Canadá en el año 2001 fue el primero que obligó a incluir advertencias gráficas en los paquetes de tabaco. Tras él: Brasil, Singapur, Tailandia o Venezuela y finalmente (en mayo de 2011) en nuestro país también se incluyen las imágenes "disuasorias" sobre los efectos del tabaco:




El informe Sambrook realizado en 2009 por encargo de la Comisión Europea recoge  diferentes estudios en los que se evidencia que cuando las imágenes ocupan al menos, el 50 %de la superficie se pueden doblar las tasas de intento de abandono del tabaco y sobre todo ejercen un importante efecto disuasorio entre los que empiezan a fumar.

Esta semana, Australia, país pionero en el desarrollo de medidas antitabaco ha dado un paso adelante en favor de la salud. Una noticia nos ha despertado del sopor del verano. Una sentencia del Tribunal Supremo de este país pone fin a los intentos de resistencia de las tabacaleras, y a partir del 1 de diciembre de 2012 las marcas de tabaco empezaran a empaquetar de forma similar los cigarrillos:  paquetes de color verde oliva, con logotipos homogéneos y sin publicidad.
Unos 15.000 australianos mueren cada año por dolencias relacionadas con el tabaco, aproximadamente una tercera parte (53.000) de los que se estiman en nuestro país (entrada Defender la salud ) pero recordemos que nuestra población es tan sólo el doble que la de nuestros antípodas. El importe total de los gastos atribuibles al tabaquismo en España para el año 2008 fue de 14.710 millones de euros y los ingresos por impuestos procedentes del tabaco ese mismo año alcanzaron 9.266 millones de euros, por lo que el tabaquismo costó a los españoles 5.444 millones de euros al año, según estimaciones de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

¡Ojala cunda el ejemplo! La Comisión Europea está preparando la revisión de la directiva de 2001 sobre productos del tabaco así que con este precedente esperamos que entre sus propuestas se considere el empaquetado genérico en el territorio comunitario aunque no debemos de olvidar que "aunque la mona se (des)vista de seda mona se queda".


domingo, 5 de agosto de 2012

Las fiambreras entran en las escuelas



Cuando la preocupación por la salud de nuestros niños pasa  por el hecho de trabajar la alimentación y la actividad física que parecen ser respuesta efectiva a "problemas de peso" como la obesidad infantil, tres comunidades (País Valenciano, Comunidad de Madrid y Cataluña) se apuntan a facilitar la entrada de las fiambreras o tarteras a la escuela.

A principios de junio las noticias ya se hacían eco de esta más que posible opción. Hoy parece más que una seria posibilidad..

No quiero entrar en el debate de si se debe pagar o no un canon y cómo debe cuantificarse (desde 1,45  a 3 euros es la horquilla de precio según territorio), pero si la medida se dice pensada para que ahorre la familia el pago del comedor, veo dificil que entre el coste de las materias primas, el envase transportador, la refrigeración y posterior calentamiento de la comida al microondas y el pago por los derechos generados a sentarse en el comedor escolar (en caso de existir plaza)  sea una forma de ayudar a  las familias que presentan una economía más que tambaleante. Creo que esta opción dificilmente superaría un riguroso analisis de coste-beneficio en términos de salud.

A poco que le doy vueltas no dejo de pensar en aquel monólogo telefónico de Gila sobre "la factura telefónica" del colegio que,  aunque sea sólo por arrancar una sonrisa en estos momentos, os enlazo.


La solución ya la apuntaba este maestro del humor: "y ¿si lo mando caliente de casa?" Desde luego, que en término salud no estoy de acuerdo en extrapolar esta cómica solución a la comida del mediodía.

Los escolares como comensales del comedor se constituyen en una población cuya alimentación puede programarse, revisarse, tutorizarse y convertirse en paradigma de una adecuada alimentación. Ante esta nueva modalidad ¿Cómo se garantizarán estos principios en los niños con fiambreras o tarteras? ¿Se han previsto los problemas de salud que se pueden originar con estas medidas? ¿Quién asesorará a las madres y padres sobre qué llevar a la escuela? ¿Se ha hecho un estudio piloto de viabilidad?

Se me ocurren algunos pasos previos que deberían anteceder a esta actuación:
  • la educación de las madres y padres para que no acaben ofreciendo la comida de más fácil elaboración para todos los días (bocadillos) u ofrecer aquellos alimentos de mayor palatabilidad a los escolares independientemente de su valor nutricional, o decidan dejar de ofrecer verdura y fruta fresca. ¿Se establecerá un listado de alimentos prohibidos y/o recomendados?
  • establecimiento de un protocolo de actuación para evitar problemas de procedimiento ¿En que momento del día se llevaran a los refrigeradores? ¿quién proporcionará los cubiertos? ¿podrá un niño tener en su mochila escolar cuchillo o tenedor? ¿podría constituir esto algún problema?
  • ¿Están todos los centros de primaria dotados de un sistema de refrigeración y posterior sistema de calentamiento de los platos?¿Será una realidad al alcance de todos o se convertirá en otro requisito para la elección de un centro? ¿Se seguirá esta medida con los escolares con peculiaridades (celíacos, alérgicos)?
  • ¿serán los escolares instruidos y supervisados para actuar con adecuadas medidas higiénico sanitarias?
  • ¿cuando se limpiarán los enseres utilizados en la comida?
  • ¿se estudiará el equilibrio alimentario de la alimentación de estos escolares?
Muchas son las incognitas que esta medida ocasiona y quizás aún deberían estudiarse otras propuestas o esperar un tiempo antes de lanzanzarse al ruedo. ¿Una jornada escolar contínua no podría mejorar la racionalización de horarios y procurar la conciliación de horarios para que algunas familias pudieran beneficiarse de ello?

Desde el inicio de la Estrategia NAOS, el asunto del comedor escolar ha sido tratado por los expertos. El razonamiento es sencillamente práctico. Los escolares que realizan su comida en los colegios pueden beneficiarse de realizar su comida en un ambiente educativo por lo que pueden nutrirse adecuadamente, socializar el acto y aprovechar los elementos educativos que el acto alimentario ofrece. En 2010, se estableció un consenso sobre la alimentación en los centros escolares que puede orientar la organización de las comidas del escolar para el mediodía, sin embargo, esta nueva situación obliga a tener muchos recursos para que puedan ser manejados por aquellos padres que se veran involucrados en estos menesteres y que no siempre serán los más motivados ni por supuesto los que cuentan con más recursos. Hace unos años la FESNAD dedicó el Dia Nacional de la Nutrición a las comidas fuera del hogar: "Hoy no como en casa". Vamos a tener que ir trabajando el tema en una dirección que no considerábamos "a priori". ¡Amigos dietistas, poneos las pilas!