martes, 19 de julio de 2016

Conducción y fármacos


Que el viajar sea un placer no significa que sea lo más seguro del mundo. Los desplazamientos por carretera en el verano tanto por la densidad del tráfico como por las condiciones climatológicas o por circunstanciase individuales (poco descanso, fiestas, excesos de bebida o comida) son sumandos que condicionan un incremento del resultado, el número de accidentes. Ya comenté en otra entrada de este blog, algunas recomendaciones (hidratación, alimentación y estiramientos) para abordar con más garantías la conducción en el periodo estival.


El cambio de lugar de residencia, aunque sea provisional, obliga a la revisión de muchos aspectos y entre ellos es inexcusable no escrutar los medicamentos muchas veces olvidados de la temporada pasada o incluso anteriores. Así que conocer las cajas de los medicamentos para interpretarlas es fundamental. Por supuesto que mirar la fecha de caducidad es la primera tarea y fácil (a veces no tanto) de reconocer, pero también cabe saber que algunos medicamentos junto a otros símbolos  ya nos advierten (de forma no obligatoria) que su caducidad  puede estar próxima:


Podéis encontrar una información más exhaustiva en la siguiente infografía de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Si bien os recomiendo que la explores, quiero llamar la atención en otro aspecto importante que manifiesta y que a menudo no es suficientemente valorado: los pictogramas.

Y aquí es donde quería llegar, a ese cochecito dentro del triángulo que quiere advertir sobre los medicamentos que disminuyen la capacidad para conducir (o manejar maquinaria) porque los medicamentos son responsables del 5% de los accidentes de tráfico que se producen en España. Pero lo peor es que en la mayoría de los casos el paciente desconocía el efecto del medicamento en la capacidad de conducción. Dos datos para reflexionar: 
  1. Un 17,3% de los conductores reconoce estar bajo algún tipo de tratamiento farmacológico y de ellos 3 cuartas partes afirman no haber recibido información sobre los efectos de los mismos en la conducción
  2. Y a esto habría que añadir que casi una tercera parte de la población se automedica.
  3. Los medicamentos pueden afectar en la conducción por: somnolencia o efecto sedante; reducción de reflejos y del tiempo de reacción; alteración de la percepción de las distancias; hiperactividad; alteraciones oftalmológicas o de la audición; estados de confusión, aturdimiento o alteraciones musculares como calambres.


Pero una buena idea y una buena ayuda es la reciente App Fármacos y Conducción, desarrollada por la Dra. Esther Redondo (SEMERGEN), Fernando Torralba (Sociedad Española de Medicina del Tráfico) y Sergio Vañó (Asociación de Investigadores en E-Salud). Fármacos y Conducción es una aplicación gratuita para el movil dirigida tanto a los conductores en general como a los profesionales de la salud que pretende la mejora de la seguridad vial a través de información y recomendaciones sobre el consumo responsable de fármacos al volante y que cuenta con el aval de la Dirección General de Tráfico
La descarga se puede hacer tanto desde Google Play como desde la App Store.


Fármacos y Conducción ofrece una serie de servicios al profesional de la salud, que se pueden obtener una vez registrado.

Sinceramente me ha entusiasmado. Una App para recomendar. Que ¿por qué lo digo? Aquí tenéis unos cuantos de los motivos. La información general está actualizadísima y basada en recientes citas bibliográficas. Si queréis medir vuestros conocimientos en este ámbito lo podéis realizar a través del Test del conductor seguro. Las recomendaciones se centran en los grupos terapéuticos más utilizados con la finalidad de seguridad vial. Quizás la parte nuclear más importante es el buscador de fármacos y duración del efecto, donde bien por principio activo o por el nombre del medicamento podemos conocer las opciones a la hora de conducir ("puede reducir su capacidad de conducción, consulte con un profesional o si puede conducir) y la duración (semivida) del fármaco. Los algoritmos de decisión y los aspectos legales complementan el apoyo sólo disponible para los profesionales. También me parece interesante el último apartado: "aviso de llegada a destino" capaz de notificar a los destinatarios elegidos cuando una persona llega a su destino. Una de las aplicaciones más adecuadas a su fin de las que conozco si tuviera que puntuarla la pondría en el rango de mayor puntuación. 

Espero que tengan previsto como realizar las actualizaciones pertinentes en cualquiera de sus apartados porque es un buen recurso en el campo de las Apps. ¡Enhorabuena! 








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viernes, 8 de julio de 2016

Yo para ser feliz quiero ¿más fruta?

Tomada de: www.fondosni.com 
Como todos los años antes del verano, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha presentado el Informe del consumo de Alimentación en España referido al año terminado (2015). Los datos se obtienen de una muestra de 12.000 hogares de toda España dónde los participantes apuntan todas sus compras directamente con un lector óptico.  Este año como novedad añade el Panel de cuantificación del desperdicio alimentario en hogares, para cuantificar los alimentos sin procesar que se desechan, por deterioro o caducidad, y los alimentos cocinados que se desperdician por ser sobras o por deterioro.

La verdad es que me ha llamado poderosamente la atención dos hechos:
  • el primero, del informe del 2015 se desprende una disponibilidad estimada individual media menor que la del año anterior, es decir que el consumo per cápita de fruta fresca en 2015 fue de 99,18 kilogramos por persona y año, siendo ligeramente inferior (-3,2%) en relación al año 2014. Pero revisando el documento de 2014, vemos que ya arrastramos un decalaje con respecto a 2013 de -1,5%. Dicho en cifras absolutas, hemos pasado de consumir en 2013, 104 Kg/persona y día, a 102,5 Kg en 2014 y 99 Kg/persona y día en 2015.

  • segundo, una importante reducción del consumo de verdura fresca per cápita durante el año 2015 con respecto a 2014, siendo la ingesta media aproximada de 59,71 Kg/persona/año (163,6 g/persona y dia) cuando en 2014 fue de 62,35 Kg/persona/año y en 2013, de 63,8 Kg/persona/año. 
Escrutando los consumidores, el perfil de hogar con mayor consumo de frutas y hortalizas frescas, se corresponde con parejas adultas sin hijos, parejas con hijos mayores o bien retirados y de clase acomodada. Hogares donde la edad de los responsables de compras supera los 50 años y que habitan en poblaciones pequeñas que no superan los 2.000 habitantes. Creo que visto así debería preocuparnos el panorama al que apunta esta situación.

  • Pero si a esto le añadimos (debería decir le sustraemos) que según el estudio de desperdicios las frutas, las verduras y el pan fresco son los alimentos más desechados, creo que todo lo que hagamos por incentivar el consumo de frutas, verduras y hortalizas se nos queda corto.. 
Desperdicio de alimentos en los hogares de España
De forma genérica podríamos considerar que una ración de frutas o de hortalizas podría rondar entre los 120 y 150 g en peso neto. Si atendemos la premisa "5 al día" podemos establecer que un mínimo de tres raciones de frutas al día conformarían unos 360 - 450 gramos/día y un mínimo de dos raciones de hortalizas al día, entre 240 y 300 gramos/día. En definitiva la traslación del "5 al día" supondría más de 600 gramos entre frutas y verduras. 

Haciendo una  extrapolación de los datos encontrados tendríamos que en tema de frutas "tocaríamos" a 272 g de ellas por persona y día, aunque si como vemos desperdiciamos una cantidad tan importante seguramente quedaríamos a menos cantidad. Si reproducimos los cálculos con las verduras y hortalizas "saldríamos" a 164 g por persona y día. Lo que supone de forma conjunta a 436 g por persona y día, lejanos de los 600 gramos o dicho de otra forma, a algo más de una ración de distancia de cubrir un mínimo. 

Conclusión: recomendemos 1 pieza de fruta más o 1 ración de verduras más a cualquier persona dispuesta a escuchar un consejo para mejorar su salud 
...o incluso para ser más felices...


Si así lo expresa un estudio estudio publicado a inicios de 2013 que relaciona un consumo importante de frutas y vegetales con el humor de las personas. Para realizar estas observaciones, el equipo de investigación evaluó los niveles de nueve antioxidantes, incluyendo carotenoides y vitamina E, en la sangre de 982 estadounidenses (hombres y mujeres) de 25 a 74 años. A los participantes se le extraían muestras de sangre, se les hacía responder un cuestionario sobre sus comportamientos en la vida cotidiana, al tiempo que se establecía el nivel de optimismo de cada sujeto. Los resultados del estudio mostraron entonces que las personas que comen menos de cinco frutas y verduras al día son menos optimistas que los que comen más frutas y verduras.

Realmente lo que los científicos de la Escuela de Salud Pública de Harvard evidenciaron, es que los participantes más optimistas presentaban niveles sanguíneos de carotenoides  que podían ser de entre un 3 i un 13% más alto que los sujetos menos optimistas.

Estos curiosos resultados son coherentes con otros obtenidos en el estudio Is Psychological Well-being Linked to the Consumption of Fruit and Vegetables? de la Universidad de Warwick, publicado en Social Indicadors Reasearch, que correlacionó que si bien, en algunos casos, el máximo nivel de bienestar se alcanzaba con el consumo de cinco raciones (80 g) diarias de frutas y verduras, los picos máximos de bienestar se correlacionan principalmente en torno al consumo de siete piezas. En resumen, que las personas que comían siete o más porciones de frutas y verduras por día eran más felices que las otras.

Regresión lineal entre porciones de frutas y verduras y bienestar emocional en mujeres. Predicting wellbeing, 2013
Una reflexión: Sabemos que las frutas y verduras contienen una gran cantidad de antioxidantes que nos protegen contra ciertos problemas de salud, seguramente por la reducción del estrés celular. Pero las evidencias comentadas nos hacen pensar ¿pueden además afectar nuestra mente y nuestras emociones? Y en caso de que esto fuera así ¿podría producirse un proceso de retro-alimentación? Me explico, si las personas optimistas pueden tener una mayor tendencia a realizar comportamientos más sanos como consumir más frutas y verduras  ¿esto les supondrá más optimismo? A esto le podríamos denominar el círculo natural del optimismo.
Si es así tenemos otro motivo mas para ¡comer frutas y verduras!