lunes, 2 de diciembre de 2013

Un puñado de salud


Los frutos secos han tenido siempre mala prensa, han sido tachados de ser bombas calóricas, de engordar e incluso como alimentos a evitar, en el manejo dietético de la arteriosclerosis. Nueces, avellanas, almendras, piñones, anacardos o nueces de macadamia son por derecho propio clasificados en este grupo, aunque también, tiene cabida en su seno una legumbre como es el cacahuete. Sin embargo, no se clasifican en este grupo otros snacks como el maíz tostado o frito ("kilos"), los garbanzos ("porrat"), la soja y otros.


Claro está que todos los alimentos englobados entre los frutos secos no presentan la mismas características. El más diferente de todos ellos es la castaña, típica de otoño-invierno, que realmente es el menos energético de todos ellos. La cantidad de grasa que posee es bastante similar a la de los cereales (no llega al 3%) y está muy por debajo de la presente en el resto de frutos secos (por encima del 45%).



Pero los estudios científicos señalan cada vez con mayor precisión que nueces, almendras y avellanas, no sólo ayudan a mantener una nutrición completa sino que parecen ser muy útiles para mantener a raya problemas de salud como son las enfermedades cardiovasculares. Un estudio que ha aportado evidencias para establecer esta relación es PREDIMED que deja claro el papel cardio-protector que cumplen los frutos secos en el contexto de una dieta mediterránea y además ¡no producen aumento de peso! Una dieta que incluya 30 gramos de frutos secos diariamente, la mitad de ellos nueces, reduce en un 30 por ciento el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y, en concreto, es capaz de disminuir en un 49 por ciento la posibilidad de sufrir un ictus o accidente vascular cerebral

Por cierto ¿serías capaz de reconocer los síntomas de un ictus? Os animo a que escuchéis esta pegadiza canción que de forma simpática acompaña con mucho ritmo las señales de alarma del accidente vascular cerebral (stroke). ¡Un acierto de educación para la salud! Ejemplo de como facilitar la cosas. Salvo el número de teléfono ¡todo válido!


La misma revista que acogió los datos de este ensayo ‐ The New England Journal of Medicine - ha publicado recientemente otro estudio que vincula el consumo moderado tomar un puñado de frutos secos tres veces porsemana) con una menor tasa de mortalidad. En la muestra analizada (76.464 mujeres y 42.498 hombres), quienes tomaban frutos secos siete o más veces a la semana tenían unas tasas de mortalidad un 20% más bajas que quienes no solían consumir este tipo de productos. La clave de las bondades de los frutos secos radica en su composición: ácidos grasos insaturados, proteínas de calidad, fibra, vitaminas, minerales y  fitoquímicos que confieren a estos productos propiedades cardioprotectoras, antiinflamatorias y antioxidantes. Aunque siempre debemos ser críticos y considerar que por la naturaleza observacional del estudio no se puede correlacionar a pies puntilla la relación causa – efecto. Además conviene valorar si las personas que consumían frutos secos eran las más concienciadas por su salud (más delgadas, practicaban más ejercicio, etc) y por eso los comían, siendo los resultados derivados del conjunto de los estilos de vida de los que comer frutos secos fuese sólo un marcador.  Una cuestión importante es que el tipo de fruto seco no parecía importar en los efectos estudiados siendo semejantes para el consumo de cacahuetes, anacardos o almendras.


Os adjunto una excelente forma de divulgar el estudio entre todos. Aunque esta vez sea en ingles vale la pena ver cómo usar este medio de comunicación en lo que yo llamaría el "cómic científico".


Bueno recordad que tan sólo hablamos de un "puñadito" y que los estudios hacen referencia a que sean  fritos ni con sal (ni garrapiñados).




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